viernes, 8 de junio de 2018

TEMA 12 1 y 2. ALFONSO XIII

TEMA 12
REGENARACIONISMO Y REVISIONISMO POLÍTICO. LAS CRISIS DE 1909 Y 1917. LA GUERRA COLONIAL EN MARRUECOS. EL DESASTRE DE ANNUAL.

EL REGENERACIONISMO.
La crisis colonial favoreció la aparición de movimientos que, desde una óptica cultural o política, criticaron el sistema de la Restauración y propugnaron la necesidad de una modernización de la política española.
Dentro del regeneracionismo hay que destacar la figura de Joaquín Costa, que propugnaba la necesidad de modernizar la economía y alfabetizar a la población. Para ello, era necesario la transformación del campo y del paisaje agrario mediante la realización de obras hidráulicas, la profundización en las políticas sociales, la aplicación de la autonomía municipal y la extensión de la cultura en una España analfabeta y atrasada, ansiosa de “escuela y despensa”. El pensamiento de Costa tiene una gran influencia, aunque con diversas interpretaciones, en notables políticos como: Canalejas, Silvela y Maura. Asimismo, sus ideas regeneracionistas aparecen en los escritos de la Generación del 98.

LA GENERACIÓN DEL 98.
El “desastre” dio cohesión a un grupo de intelectuales, conocido como la Generación del 98, caracterizado por un profundo pesimismo y por una crítica mordaz al atraso peninsular, que quiso plantearse una profunda reflexión sobre el sentido de España y su papel en la Historia.
Entre los personajes pertenecientes a la Generación del 98 cabe destacar a: Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado, Pío Baroja, Ramón María del Valle Inclán. Cultivaron el ensayo, la novela, el teatro y la poesía, y su producción literaria dio sus mejores frutos en la primeras décadas del nuevo siglo. Aunque de procedencia heterogénea y de ideologías políticas dispares, todos ellos confluyeron en la denuncia del alejamiento entre la política y la vida real del país, en la búsqueda de las señas de identidad nacionales y en la toma de conciencia del atraso respecto a Europa.

La regencia de Mª Cristina termina el 17 de mayo de 1902 con la entronización, a los dieciséis años de edad, de su hijo Alfonso XIII, que reina en España hasta abril de 1931.
La monarquía de Alfonso XIII se caracteriza por:
La desaparición, en un breve período de tiempo, de los líderes que gestaron y dirigieron la Restauración, como Cánovas (1897) y Sagasta (1903).
La falta de respuesta a las demandas de los partidos ajenos al turnismo, que representan las nuevas fuerzas emergentes de la sociedad: el movimiento obrero y los nacionalismos.
Los nuevos líderes que llegaron al gobierno estuvieron influidos por el regeneracionismo, e intentaron poner en marcha los más importantes proyectos de reforma desde el interior del propio sistema. Sin embargo, el miedo a aceptar los riesgos que una verdadera participación democrática podría suponer para el mantenimiento del turno dinástico imposibilitó llevar a cabo una reforma en profundidad del sistema.

LOS GOBIERNOS DEL REINADO DE ALFONSO XIII HASTA 1923
a) Los primeros gobiernos (1902-1907
).
La entronización de Alfonso XIII como rey de España tiene lugar durante el Gobierno de Francisco Silvela, que lidera brevemente el Partido Conservador a la muerte de Cánovas, dándole un sesgo regeneracionista. Su principal obra es la creación del Instituto de Reformas Sociales. Este organismo trata de desarrollar la política de relaciones laborales del Gobierno, a la que pretende incorporar a empresarios y trabajadores.
En 1903 inicia un breve gobierno (“gobierno corto”), Antonio Maura, que había sido elegido líder del partido conservador, Éste se enfrenta a los intereses locales de algunos miembros de su partido al intentar la reforma de la administración local, que no puede culminar, ya que dimite en diciembre de 1904.
En las filas liberales, al no haber unanimidad en cuanto al sucesor, se optó por la rotación de líderes y, entre 1905 y1907, se sucedieron en el gobierno veteranos políticos como Montero Ríos o Moret.La acción de gobierno de los liberales tiene lugar en medio de tensiones con el ejército, que es objeto de crítica de varias publicaciones catalanas por el desastre del 98. En Cut-Cut se publicó un chiste que se consideró ofensivo. Un grupo de militares asaltó la redacción, hecho que además de quedar impune, tuvo como consecuencia la promulgación de la Ley de Jurisdicciones (1906)k por la cual quedaban bajo jurisdicción militar las ofensas a la unidad de la patria, al ejército y a la bandera.
b) El regeneracionismo conservador de Maura (1907-1909).
El gobierno presidido por Antonio Maura, el llamado “gobierno largo”, protagonizó el mayor intento reformista impulsado por los conservadores. Maura proyectó lo que él mismo denominó la “revolución desde arriba”, es decir, un intento de regeneración del sistema a partir de la formación de una nueva clase política que tuviese el apoyo social de las llamadas “masas neutras”.
Entre sus medidas en materia de política social destaca la creación del Instituto Nacional de Previsión (antecedente de la Seguridad Social) y la Ley del descanso dominical. En relación con la política económica, se tomaron algunas medidas intervensionistas y proteccionistas, se promulgó la Ley de Protección Industrial y se fomentaron la industria naval y las comunicaciones.
No obstante, la ley que expresa más nítidamente los deseos regeneracionistas de Maura es la Ley de la Administración Local, dirigida a contrarrestar el caciquismo y reformar los comportamientos políticos de los españoles. El proyecto contempla la creación de las Mancomunidades, organismos autónomos en los que se pueden agrupar varias Diputaciones provinciales y que constituyen el embrión de la autonomía regional, en un intento por congraciarse con el catalanismo. El proyecto no pasa de su discusión en Cortes, pues los sucesos acaecidos en Barcelona en 1909 (Semana Trágica) provocan la caída del gobierno de Maura.

SEMANA TRÁGICA en Barcelona en 1909.
Antecedentes

Tras las expediciones en África del General Martínez Campos en 1893, la paz de París de 1898 (pérdida de colonias), se insiste en los dominios de África.
La Conferencia de Algeciras (1906) decide los repartos de Marruecos entre España y Francia.
Los ataques a los ferroviarios españoles hizo intervenir al general Pintos, quienes son acorralados en el barranco del Lobo y mueren muchos soldados.
Se hace gran movilización para defender las minas, mientras tanto se agitan los radicales y otros y en particular en Barcelona, donde hay deseo de rebelión contra lo militar y la ley de jurisdicciones.
El 26 de julio de 1909, el grupo Solidaridad Obrera (futura CNT) proclama huelga general.
La mala gestión de los dirigentes acaba con todo tipo de actuaciones violentas, provoca miedo y pánico entre las clases medias que se retiran de la protesta.
El ejercito interviene con fuerza bruta y controla el centro de Barcelona el día 29 de julio y posteriormente los centros textiles y otras fabricas. Todo queda listo en la primera semana de agosto.
Las consecuencias fueron casi un par de cientos de muertos y más de mil arrestados y algunas ejecuciones como la de Francisco Ferrer Guardia (anarquista fundador de la Escuela Moderna). Fue juzgado por lo militar, culpado y ejecutado en Montjuïch. En octubre Maura debe dimitir por la presión de prensa, Cortes y el Rey.

c) El regeneracionismo liberal de Canalejas (1910-1912).
Tras el gobierno de Maura, José Canalejas formó un nuevo gobierno, en 1910. Su programa se proponía una vez más, la modernización de la vida política, intentando atraerse a ciertos sectores populares a partir de un mayor reformismo social y de limitar el poder de la Iglesia. Se consideraba oportuno reformar el procedimiento de la financiación de la Iglesia y profundizar en la separación Iglesia y Estado. La negativa de la Santa Sede a cualquier proceso de reforma, comportó la promulgación de la Ley del Candado (1910), que intentaba poner coto a la preponderancia de las órdenes religiosas en España y limitaba el establecimiento de otras nuevas.
Su política social tuvo como uno de los elementos básicos la sustitución del impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre las rentas urbanas, lo cual trajo consigo la protesta de las clases acomodadas. También reformó la Ley de reclutamiento, por ella, el servicio militar pasaba a ser obligatorio en tiempos de guerra y redimible en tiempos de paz, a partir del quinto mes, mediante el pago de una tasa. Finalmente, se promulgaron una serie de leyes encaminadas a mejorar las condiciones laborales, como la normativa sobre el trabajo de la mujer o sobre los contratos laborales.
Canalejas continuó la política de acercamiento a los catalanistas y elaboró la Ley de Mancomunidades que es aprobada en el Congreso pero su tramitación en el Senado queda paralizada a causa del asesinato de Canalejas (1912). Este hecho provocó la escisión del partido liberal en facciones que obedecían a sus respectivos líderes (García Prieto, Santiago Alba, el conde de Romanones...).
d)El gobierno conservador de Dato (1913-1915).
Tras un breve gobierno del conde de Romanones, llega a la presidencia del Ejecutivo Eduardo Dato. Su medida gubernativa más trascendente es la publicación del decreto sobre Mancomunidades (1913), que posibilita un cierto autonomismo en Cataluña, al permitir la actuación conjunta de las Diputaciones provinciales que pasa a estar dirigidas por Prat de la Riba.
A Dato le corresponde definir la posición española ante la primera Guerra Mundial, que no puede ser otra que la de neutralidad, exigida por la crisis general de un país que no ofrece interés como aliado para las potencias en conflicto.
e) El gobierno liberal de Romanones (1915-1917).
Del gobierno de Romanones cabe destacar el proyecto de Santiago Alba sobre la reforma fiscal, y de cómo los beneficios obtenidos por la guerra serían destinados a la creación de infraestructuras y a educación. El rechazo del proyecto supone la sustitución de Romanones por el también liberal García Prieto.

EL IMPACTO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
La primera Guerra Mundial tiene un efecto importante en la vida económica y social española. La neutralidad favoreció una importante expansión económica, ya que la guerra redujo la capacidad productiva de los países beligerantes y España se convirtió en suministradora de productos industriales y agrarios de todos ellos. El incremento de la demanda exterior estimuló el crecimiento de la producción, pero también trabajo consigo un aumento de los precios, lo que desató un proceso inflacionario sin precedentes. Los precios de los productos de primera necesidad se duplicaron entre 1914 y 1919, y el precio del trigo, producto básico por excelencia, aumentó un 72% en esos años.

La demanda exterior benefició especialmente a la siderurgia vasca, a la minería asturiana y a las industrias textiles y metalúrgicas catalanas, que lograron cuantiosos beneficios. En contraste, las clases populares conocieron un empeoramiento de su nivel de vida, dado que la inflación no fue acompañada de un aumento equivalente en los salarios y la capacidad adquisitiva de buen sector de la población disminuyó notoriamente.
Así, la Guerra Mundial contribuyó a acentuar las diferencias sociales y a crear un clima de tensión. Los trabajadores industriales y agrícolas se afiliaron de forma masiva a los sindicatos, dando lugar a fuertes movilizaciones, lo que explica la crisis social y política que se produce en España en 1917.

LA INESTABILIDAD POLÍTICA ENTRE LOS AÑOS 1918-1923.
A partir de los sucesos de 1917, la situación política española está caracterizada por la inestabilidad política y la conflictividad social. Los sucesos de 1917 no consiguieron poner fin al sistema político de la restauración, que logró sobrevivir a la crisis. Pero el régimen entró en una progresiva descomposición y desgaste.

Entre 1918 y1923, el país conoció un elevado número de cambios de gobierno (10 en total), pero ninguno de ellos alcanzó un año de vida. A pesar de recurrir al fraude electoral, ningún partido dinástico reunió la mayoría parlamentaria necesaria para gobernar y fue constante el recurso de medidas de excepción y a la suspensión del Parlamento. La fragmentación de las Cortes imposibilitaba la formación de gabinetes capaces de desarrollar políticas duraderas, y más aún de impulsar la renovación que el sistema necesitaba.
La consecuencia más importante de los sucesos de 1917 fue el recurso frecuente a la formación de gobiernos de concentración. En 1918, Maura configuró un gabinete con la participación de los líderes dinásticos (conservadores y liberales) y de los regionalistas catalanes. Las diferencias de los coaligados imposibilitaron cualquier proceso reformista y los gobiernos se vieron impotentes para contener la inflación y restablecer el orden social.

Fracasados los gobiernos de coalición, se volvió al turno, los conservadores gobernaron entre 1919 y 11922 y después, de nuevo, los liberales. En este contexto de crisis institucional, el ejército tomó un protagonismo cada vez mayor en la vida política convirtiéndose en principal agente represor de los episodios revolucionarios y presentándose en principal agente represor de los episodios revolucionarios y presentándose como la solución de fuerza capaz de salvar a la monarquía de un sistema político corrupto e incapaz de solucionar los graves problemas del país.

RADICALIZACIÓN DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA.
Los años que siguieron a la primera Guerra Mundial fueron de una intensa agitación social en toda Europa y también en España, donde el fin de la favorable coyuntura empresarial de los años bélicos aumentó la tensión social. Los sindicatos incrementaron su afiliación a una velocidad meteórica, en especial la CNT, que pasó de 15.000 afiliados en 1915, a 700.000 a fines de 1919, la mayoría de ellos en Cataluña.

En Andalucía, la situación de miseria del campesinado, reforzada por el aumento de los precios y por la influencia de la revolución soviética, dio paso al llamado “trienio bolchevique” (1918-1921). Los anarquistas y en menor medida los socialistas, imputaron revueltas campesinas en las cuales se quemaron cosechas, se ocuparon tierras, se repartieron las propiedades y muchos municipios llegaron a estar controlados por los comités de huelga. Córdoba, se convirtió en la punta de lanza de un movimiento campesino que se extendió a otras provincias andaluzas, manchegas y extremeñas y que tenía sus motivaciones tanto en el hambre de tierras como en el deterioro de los salarios y de las condiciones de vida. La declaración del estado de guerra, la clausura de las organizaciones obreras y la detención de sus líderes pusieron fin a la rebelión social.

El movimiento huelguístico afectó también con gran virulencia a un buen número de regiones industriales, pero fue en Barcelona donde alcanzó mayores dimensiones. En 1919 se inició una huelga en La Canadiense, la empresa que suministraba electricidad a la mayor parte de Barcelona. La huelga duró mes y medio y finalizó con un acuerdo por el cual la patronal aceptaba la readmisión de los despedidos, aumentos saláriales y la jornada de ocho horas. Pero el incumplimiento de la promesa de liberar a los detenidos hizo reanudar la huelga y la patronal respondió con el cierre de empresas y una durísima represión contra los sindicatos. De este modo se llegó a una radicalización extrema de las posturas de los sindicatos y de la patronal.

La lucha sindical degeneró en activismo violento y algunos grupos anarquistas atentaron contra las autoridades, los patronos y las fuerzas del orden. El presidente del Gobierno Eduardo Dato fue asesinado por militares cenetistas en 1921. A su vez, empresarios y patronos pagaron a pistoleros obreros, recurrieron frecuentemente al “lockout” (cierre de empresas) para frenar las reivindicaciones obreras fomentaron la creación del Sindicato Libre para contrarrestar la fuerza cenetista. El general Martínez Anido fue nombrado gobernador civil de Barcelona, éste protagonizó una política de protección de los pistoleros de la patronal; ejercicio una dura represión contra los sindicalistas y puso en práctica la “ley de fugas”. Fue la época conocida como el “pistolerismo”, en la cual entre 1916 y 1923, fueron asesinadas 226 personas, entre ellas conocidos empresarios y dirigentes sindicales.

LA CRISIS DE 1917
INTRODUCCIÓN
.
Durante el verano y el otoño de 1917, la monarquía de la Restauración vive una de sus más profundas crisis debido a la conjunción de varios factores:
Un importante desarrollo económico que no va acompañado de una redistribución social de los beneficios entre los asalariados.
Un sistema político que no asume una realidad social nueva, originada por el crecimiento de las organizaciones obreras y catalanistas. Una situación de descontento en el seno del ejército.
La carencia de estabilidad en los partidos Liberal y Conservador que constituyen la base del sistema.
Las fuerzas principales que inciden en la crisis constitucional de 1917 son tres: militares, burgueses y obreros. A pesar de su amplitud y resonancia, no consiguió sus objetivos porque los sectores que mostraron su descontento no tenían un programa común que les permitiera actuar unidos y nunca lograron una verdadera convergencia de intereses.

LA CRISIS MILITAR.
Existe un profundo malestar en el seno del ejército debido a que los ascensos se obtienen mayoritariamente por méritos de guerra, lo cual beneficiaba a los militares africanistas en detrimento de los peninsulares. Además la inflación había hecho disminuir el valor real de los ya de por sí bajos salarios de los militares.
El fuerte descontento entre los oficiales de baja y media graduación desembocó en la formación de las llamadas Juntas de Defensa, luna asociación de militares nacida en Barcelona y que se extendió por la mayoría de las guarniciones. Las Juntas reaclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra, reivindicando la antigüedad como único criterio. El manifiesto de junio de 1917 culpaba al gobierno de los males del ejército y del país, y había un llamamiento a la renovación política usando para ello un cierto lenguaje “regeneracionista”.

LA CRISIS POLÍTICA.
Ante la situación de crisis, el gobierno Dato suspendió las garantías constitucionales. Clausuró las Cortes e impuso la censura de prensa. Como reacción, y a iniciativa de la Lliga Regionalista, se organizó en Barcelona la Asamblea de Parlamentarios catalanes (5 de julio de 1917), que exigió la formación de un gobierno provisional que convocase unas cortes constituyentes capaces de reestructurar el Estado sobre la base de la descentralización. Desde la Asamblea se convocó una reunión de todos los diputados y senadores españoles, pero la mayoría no respondieron a la convocatoria.

El 19 de julio se reúnen en Barcelona sesenta y ocho parlamentarios, entre diputados y senadores, pertenecientes a los sectores catalanistas (la Lliga de Cambó) , republicano (Lerroux) y socialista (Pablo Iglesias), pero la Asamblea de Parlamentarios apenas puede llevar adelante sus trabajos, ante la respuesta del Gobierno, que la disuelve mediante el empleo de la fuerza.

LA HUELGA GENERAL DE 1917.
La carestía de la vida, producida por la subida de los precios, es el origen de un amplio movimiento huelguístico que acelera la unidad de acción sindical entre la UGT y la CNT, sindicatos que han visto incrementada su afiliación durante los últimos años.
El clima político creado por la irrupción de las Juntas de Defensa, por el manifiesto de la Asamblea de Parlamentarios y por la huelga de ferroviarios de Valencia es considerado por las direcciones de los sindicatos como el idóneo para convocar una huelga general con carácter indefinido.
El manifiesto conjunto, elaborado por el comité de la UGT y del PSOE el 12 de agosto, recoge los objetivos de la huelga que se concretan en el rechazo al sistema político y en la creación de un Gobierno provisional que convoque Cortes constituyentes. En el mismo se señala el carácter pacífico del movimiento y la necesidad de no entrar en colisión con el ejército.
La huelga de agosto de 1917 tuvo una incidencia desigual y aunque no contó con la participación de los sectores campesinos, se produjeron incidentes violentos en algunos puntos del país como Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. La reacción del gobierno fue básicamente represiva: se declaró la ley marcial y se envió al ejército a reprimir el movimiento. Se encarceló a los miembros del Comité de huelga (Largo Caballero, Saborit, Besteiro), se les juzgó en consejo de guerra y se les condenó a cadena perpetua. El balance fue de más de setenta muertos y aproximadamente dos mil detenidos.

LA GUERRA COLONIAL EN MARRUECOS (1898-1923).
LA POLÍTICA COLONIAL
Después del desastre del l98 y de la pérdida de los últimos territorios coloniales, la actuación exterior española se orientó hacia el norte de África, en un momento en que las potencias imperialistas de entonces (Gran Bretaña, Francia, Alemania...) estaban concluyendo el reparto colonial del continente africano.


A partir de 1906, España inició su penetración en el norte de África. La conferencia de Algeciras (1906) y el posterior Tratado Hispano-francés (1912) supusieron su entrada en el reparto de zonas de influencia entre los países europeos. De esta forma, se estableció un protectorado franco-español en Marruecos. A España se lea concedió una franja en el norte, el Rif, y un enclave en la costa atlántica (Ifni y Río de Oro).


El protectorado español en Marruecos era una zona de escaso valor económico y con una difícil orografía, que dificultaba la penetración por el ejército español. La empresa africana sólo contaba con el apoyo de algunos grupos empresariales (compañías mineras), aunque pronto perdieron su interés al confirmarse el escaso rendimiento económico que del Protectorado poseía obtenerse. Las clases populares, de cuyos efectivos salía la tropa que debía defender la colonia, estaban totalmente en contra de la posibilidad de una nueva guerra colonial. Además, los políticos tampoco tenían objetivos claros e instaban a los militares a evitar cualquier enfrentamiento, criticando los fracasos bélicos cuando se producían. El ejército también se hallaba dividido, ya que el problema de los ascensos por méritos de guerra había opuesto al ejército península con el africanista.


Durante la Primera Guerra Mundial, el protectorado estuvo en calma. Pero acabado el conflicto y bajo la presión que suponía la reanudación del intervensionismo francés en la zona, las autoridades españolas decidieron reemprender sus acciones militares para afianzar el control del territorio. La intervención tuvo éxito en la zona occidental, con base en Ceuta y Tetuán, pero en la oriental las cabilas ofrecieron mucha mayor resistencia. En julio de 1921, el general Silvestre inició una campaña con el objetivo de extender el control español alrededor de Melilla, adentrándose en el corazón del Rif sin haber protegido suficientemente su retaguardia ni haber asegurado los abastecimientos.
La reacción de los rifeños no se hizo esperar y las cabilas de Abd el Krim atacaron por sorpresa el puesto español de Annual provocando una gran desbandada entre las tropas españolas, que perdieron todo el territorio ocupado y sufrieron más de 10.000 bajas.


EL DESASTRE DE ANNUAL

Éste puso en evidencia la deficiente organización del ejército, y, aunque la llegada de tropas de refuerzo permitió recuperar fácilmente las posiciones perdidas, tuvo consecuencias importantes para la estabilidad del sistema político.
La impopularidad de la empresa marroquí crispó a la opinión pública y las reacciones políticas no se hicieron esperar. La prensa y los contrarios a la intervención colonial culparon al gobierno y al ejército y se acentuó más el distanciamiento entre los militares y la clase política. El gobierno dimitió y se inició un proceso parlamentario encaminado a indagar las responsabilidades militares y políticas de la derrota. A tal efecto se nombró una comisión en el Congreso encargada de elaborar un informe sobre lo sucedido, que debía ser presentado en las Cortes.


Este informe, conocido como el “Expediente Picasso”, provocó fuertes debates en las Cortes y sus investigaciones estuvieron sometidas a la presión de los conservadores y de las altas esferas militares. La izquierda, por otra parte, reclama una reforma constitucional y la retirada de las tropas de Marruecos. Ante estas circunstancias se forman sucesivos Gobiernos de concentración presididos por Maura y García Nieto , que no logran estabilizar la situación política y sufren numerosas crisis parciales y totales.
La crisis se agrava con la actuación del monarca, quien, ante una opinión pública que exige responsabilidades por el desastre de Annual, amenaza varias veces con su abdicación e insinúa la necesidad de una reforma “con o sin Constitución”.


De este modo, la cuestión de Marruecos se convirtió en un factor básico de crisis política y el debate en torno a las responsabilidades fue un elemento decisivo que llevó a los militares a optar por una decisión de fuerza. El expediente no llegó nunca a las Cortes, ya que días antes de la fecha prevista para su discusión se produjo el golpes de Estado de Primo de Rivera en Barcelona (13 de septiembre de 1923). Éste suspende la Constitución de 1876, disuelve las Cortes, prohíbe la actividad de los partidos e impone la censura previa.


El rey Alfonso XIII, influido por los militares próximos a la Corte, acepta el recurso de pronunciamiento como medio legítimo de cambio político. Esta decisión de apoyo al golpe de estado le costará la corona.

LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA. DE LA MONARQUÍA ALFONSINA A LA SEGUNDA REPÚBLICA.

Golpe de Estado de Primo de Rivera desde Barcelona (12/9/23). El manifiesto del 13 de septiembre de 1923.
Directorio militar: Primeras medidas regeneracionista de política.
Restringe libertades de prensa, políticas
Anula la representación constitucional: Suspende las garantías constitucionales
Nombra gobernadores militares en vez de civiles.
Disuelve Diputaciones.
Alcaldes sustituidos por gente adscrita al régimen.
Crea el somatén el 18 de septiembre de 1923.
Censura sobre publicaciones.
Se cierra el Ateneo.
Expulsa a Unamuno y revuelta de estudiantes.
Prohíbe el 1 de Mayo.


En 1924. Constitución de la Unión Patriótica
Estatuto Municipal y provincial
Nace la 1ª emisora de radio española.
Supresión de la Mancomunidad de Cataluña
Primeros actos subversivos
Repliegue en Marruecos.


En 1925. Los rifeños atacan a Francia y se acercan a España.
Desembarco en Alhucemas (desembarcó el general Sanjurjo cerca de Alhucemas mientras Primo de Rivera dirigía la operación desde el acorazado Alfonso XIII
Así se acabó con la cuestión de Marruecos.
La Unión Patriótica nace en abril de 1924. Será base esencial desde ahora en el Gobierno.


En julio de 1926 se crea la Jefatura Nacional y una Junta Directiva con carácter consultivo.
El Lema era “Patria, Religión y Monarquía”.
La nueva formula aúna a caciques y a patrióticos, pero no regenera nada de nada.
La unión Patriótica nunca funcionó como partido por carecer de estructuras y controles básicos.

Directorio civil. 3 de diciembre de 1925. El ejecutivo son Maurista y de la Unión Patriótica.


En 1926. Se convoca plebiscito ya que el rey se niega a la Convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva, el rey acepta y se celebrará en 1928. Se alega ser necesaria para elaborar nuevas leyes.
La Asamblea la componen Generales, Obispos y miembros de Corporaciones afines a Unión Patriótica.
Objetivo: redactar una nueva Constitución, finalizada en 1929.
Tiene aspectos restrictivos en derechos comunes.
Los representantes serán elegidos: unos por sufragio, otros por corporaciones y por designación del rey
El proyecto fue rechazado por la Corona al no aparecer la prerrogativa de sancionar junto a los ministros y la oposición por dar excesivos poderes al rey
Protestas de los militares.


Desde el año 1926 el ejercito está molesto por la reforma de ascenso en la escala de artillería.
En agosto de 1926 hay enfrentamiento con Primo de Rivera, se decide la no obediencia al rango de estos, llegando incluso a proponer la desaparición del Arma, desde aquí nace en el seno de los artilleros una inclinación por las ideas republicanas


La economía mejoró claramente bajo el Directorio Civil:
Se hicieron grandes inversiones públicas.
Nacen los organismos:
Consejo Nacional de Economía
las confederaciones hidrográficas,
los monopolios oficiales como CAMPSA (Shell)
Se recuperó la industria en las ramas de la siderurgia, la industria eléctrica y el cemento.
La (CTNE) telefonía queda en manos extranjeras. (Estándar-ITT del grupo Morgan).
Nacen los bancos: Central, Hispano, Español de crédito, Bilbao, Vizcaya y Urquijo.
Se exportaron agrios y minerales.

La política laboral.
La política laboral del gobierno cuenta con un gran apoyo de los socialistas.
Aunós (Ministro de Trabajo) regula la emigración vigilada por una Dirección general.
Nace seguro de maternidad.
Ayuda a familias numerosas.
Descanso dominical regulado.
Nace la Organización Corporativa del Trabajo
Comités de empresarios y obreros para regular trabajo y salarios.
Arbitraje del Estado
La UGT de Largo Caballero apoyo muchas iniciativas de los católicos.

Se inician separaciones en el seno del sindicalismo de UGT.
La CNT sufrió persecución y asesinatos de dirigentes.
Estaba fuera de la ley y se hallaba dividida internamente por los comités paritarios.
Se revitalizará a partir de 1930.
El PCE se revisa y dirige Bullejos con la misma orientación extremista y no progresa.

Desde finales de 1927 a 1930La Dictadura sufrió un gran desgaste:
Graves problemas regionalistas.
Enfrentamientos con las centrales sindicales
Tras el rechazo constitucional de 1928.


Problemas con los intelectuales que piden la dimisión.
Nace la FUE (Federación Universitaria Escolar) en 1928 heredando la creada en 1924.
Movilización contra la aprobación del articulo 53 de la enseñanza universitaria.
Se equiparan los títulos de El Escorial y Deusto a las públicas.
En marzo se detiene al líder Antonio Sbert, expedientado.
La protesta se extiende por Sevilla, Valencia, Granada.
Algunos profesores apoyan a los estudiantes y renuncian a sus cátedras.


En septiembre retira el famoso articulo 53.
El desgaste fue brutal para el gobierno.


Resumen:

Desde 1929 se veía llegar el final anunciado por la propia debilidad política de Primo de Rivera, el dejarse manejar por el grupo católico y la Unión Patriótica (lugar de caciques y oportunistas) que desacreditaban continuamente, cabe añadirse el fracaso de la Asamblea Nacional (de 1927) donde hicieron un camelo lleno de descontentos entre los diversos sectores de la vida publica.
La vieja guardia de intelectuales, políticos y militares reclamaban contra las suspensiones de libertades de toda índole, pedían reposición de órganos de gestión constitucional y funcional. Los estudiantes junto con los descontentos de los militares de artillería, ala que había querido eliminar por insubordinación, ayudan a desencadenar los sentimientos más fervientes contra el gobernante.


En 1929 ya se colma el vaso con el levantamiento de Sánchez Guerra que aunque fue controlado no fue el último.


En enero de 1930 Primo de Rivera se atrevió a consultar a las fuerzas militares sobre la conveniencia de la Dictadura y la respuesta fue que ellos obedecían al Rey.
Esto supuso que el rey le pida la dimisión el 28 de enero de 1930. El salió para el exilio de París donde murió en marzo.
Balance de la Dictadura:
Éxitos: El fin del pistolerismo y Fin de la cuestión de Marruecos.


RESUMEN de la economía.La economía mejoró claramente:
Se hicieron grandes inversiones públicas.
Nacen los organismos: Consejo Nacional de Economía
las confederaciones hidrográficas,
los monopolios oficiales como CAMPSA (Shell)
Se recuperó la industria siderurgia, la industria eléctrica y el cemento.
La (CTNE)
Nacen los bancos: Central, Hispano, Español de Crédito, Bilbao, Vizcaya y Urquijo.
Se exportaron agrios y minerales.
Los fracasos: Despreció a los intelectuales y cerró el Ateneo de Madrid.
Desterró a Unamuno a la isla de Fuerteventura.
Olvidó a los catalanes a quienes había prometido apoyar.
Economía: El Estado favoreció a las grandes empresas.
La telefonía en manos de compañías extranjeras. (grupo Morgan).
Hubo gran especulación.
la política de créditos terminaron por romper la estabilidad monetaria.
Los terratenientes siguieron con sus privilegios intactos.
Calvo Sotelo intenta hacer una reforma fiscal progresiva para sostener las inversiones pero se oponen los financieros y terratenientes por que les afectaba.
La gran crisis económica del 29 hacen la economía española se resienta .
El déficit comercial y la especulación hizo devaluar a la peseta frente a la libra.
Hecho criticado por financieros y políticos, partidos y sindicatos que cambian su apoyo a los republicanos desde agosto de 1929. El Dictador dimite el 30 de enero de 1930.

Gobierno de Dámaso Berenguer
, desde enero 1930 hasta el 14 de enero de 1931.
Vuelta a la normalidad Constitucional de 1876 Proceso lento
Presupuesto restrictivos = Crisis de 1929
Parálisis de inversiones estatales, sobran productos industriales.
Poco apoyo a la política del gobierno
Medidas de apoyo contra la dictadura de Primo de Rivera:
Los concejales como antes de 1923
Suprime la Asamblea Nacional Consultiva
Amnistía general + la de artilleros sublevados.
Vuelta de Sbert e intelectuales.
Las huelgas crecen y las protestas se incrementan en Sev, Mad, Bil, Barna.
Se asocian CNT y UGT, Se llegan a concentrar hasta 250.000 huelguistas.
El Rey se hace impopular.
La Unión Patriótica es reconvertida en Unión Monárquica Nacional 1931.
Se suceden las divisiones internas y se negocia con los republicanos.

El Pacto de San Sebastián 17/8/1930.Conservadurismo Republicano: Niceto Alcalá Zamora.
Regionalismo Gallego: Casares Quiroga.
Radicalismo: Alejandro Lerroux.
Centro Izquierda: Manuel Azaña.
Trabajo: Francisco Largo Caballero.
Federalismo: Marcelino Domingo
Catalanismo Republicano: Acció Catalana
Invitados: Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos.


Compromiso de formar Comité ejecutivo y estrategia para alcanzar la República.
La insurrección del ejercito apoyaría
La rebelión Catalana se manifestaría pidiendo Autonomía
Habría manifestaciones obreras.
Campaña contra la monarquía y a favor de República por intelectuales.
Especial actividad en Septiembre 1930
CNT y UGT contactan para conspirar en octubre
Se proclama el gobierno provisional de la República.
Se propone fecha de acción el 15 de diciembre
Se adelantan en Jaca, Galán y García Hernández
Se actúa contra ellos y republicanos del gobierno
Se celebra Consejo de Guerra y 4 son los ejecutados.
Mola hace detener al gobierno provisional.
ESTADO DE Excepción, Censura, Fuerte huelga y Berenguer dimite el 14 de enero

Gobierno de AZNAR (desde el 14 de enero hasta la abdicación de Alfonso XIII).
El nuevo ejecutivo lo forman: Romanones, García Prieto, Berenguer, Juan de la Cierva, Gabriel Maura, etc.
Deben celebrar un juicio contra el Gobierno provisional republicano.
Se piden hasta 15 años de cárcel, solo se les condena a seis meses y libres.
Las elecciones municipales se convocan para el 12 de abril.
Los republicanos y socialistas se unen.
El PNV se declara pro republicano y va solo a las elecciones
La derecha monárquica y la Lliga de Cataluña se unen.
Al final del día 12 se conocen los datos de las capitales de provincia.
Se dice que éstas apoyan a la candidatura republicana.

El día 13 reunión entre gobierno monárquico y el provisional republicano.
El Rey intenta mantenerse en el poder hasta las elecciones a Cortes.
Allí se decidiría el modelo de Estado, pero no se lo aceptan y piden los poderes.
Sanjurjo jefe de la Guardia Civil apoya a los elegidos.
El rey decide irse por Cartagena después de dirigirse a lo todos los españoles.
Eibar es la primera en aclamar la República.
En Cataluña se declara la República Catalana (Maciá).
En Madrid (Maura, Alcalá y Azaña) declaran el Gobierno Provisional el día 14 de abril.

BASES SOCIOCULTURALES
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Para una explicación sobre el cambio de la monarquía a la Segunda República es conveniente señalar las fuerzas sociales y políticas que actuaban como oposición al sistema de la monarquía:
a) El movimiento obreroA medida que pasaba el tiempo, el movimiento obrero fue tomando posiciones. La población en España se había ido convirtiendo en urbana en una proporción cercana al 50%, al tiempo que descendía por debajo de ese porcentaje la población activa agraria y se producía cierta diversificación y expansión industrial. Por otra parte, las organizaciones obreras y sindicales tenían un alto nivel de afiliación. La experiencia de grandes movilizaciones en años anteriores, sobre todo en la huelga general de 1917 y en las luchas sindicales del trienio 1918-21, había dado madurez al sindicalismo español.
b) Los intelectuales y la culturaLa alfabetización había avanzado hasta llegar al 60% de la población hacia 1930. En España existía una gran vitalidad intelectual y se estaba de lleno en la llamada época de la “Edad de Plata” de la cultura española.
La generación del 98, la de 1914 (Ortega y Gasset) y la del 27 tuvieron una importante presencia en la vida pública española de la época como creadores de opinión. Las élites intelectuales de comienzos de siglo, de las que formaban parte personalidades como Gregorio Marañón, Américo Castro, Miguel de Unamuno, Álvaro de Albornoz, Manuel Azaña y tantos otros, buscaban ante todo la modernización y europeización de España, que, en su opinión, debía salir de su aislamiento y ponerse a la altura de los problemas internacionales de aquellos años.
En este tercio de siglo, la Institución Libre de Enseñanza (ILE) experimentó su máximo desarrollo e influencia y tuvo un gran prestigio entre maestros y profesores. Iniciativas como la Escuela Moderna o la Escuela nueva pretendían crear una escuela popular y proletaria ligada a las aspiraciones revolucionarias. Aparecen también instituciones populares como los ateneos libertarios, ligados al sindicalismo anarquista, que organizaban sus propios cursos dirigidos a los trabajadores.

EL PACTO DE SAN SEBASTIÁN Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA.

El 17 de agosto de 1930, los diferentes partidos republicanos y regionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián. Se organizó un comité revolucionario y el pacto tuvo por objeto impulsar un movimiento político revolucionario que, mediante una insurrección armada apoyada por movilizaciones populares, derrocase la monarquía e instaurase la república. Los firmantes del pacto pronto obtuvieron el apoyo de los socialistas y de la CNT.


El movimiento revolucionario fue un fracaso. La insurrección militar, centrada en Jaca, fue reprimida y la huelga general no llegó a convocarse. Pero el fracaso no evitó la crisis del gobierno Berenguer, ni el malestar creciente contra el régimen en los ambientes tanto intelectuales y universitarios como populares.


Ante todo ello, el gobierno se vio obligado a convocar elecciones municipales, 12 de abril de 1931, que fueron planteadas por la oposición como una consulta a favor de la monarquía o la república. El triunfo fue para las candidaturas republicano-socialistas. El rey Alfonso XIII optó por el exilio y el 14 de abril se proclamó la República en varias ciudades. Finalmente, Niceto Alcalá Zamora, en nombre del comité revolucionario, lo hizo desde Madrid, constituyendo un gobierno provisional formado por republicanos, socialistas y regionalistas.


LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA. LA SOCIEDAD (1902-1931)

LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL DE LA ECONOMÍA
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Entre las causas que provocaron una profunda transformación de la economía entre 1870 y 1930 destaca la cambio tecnológico en la obtención de energía con la difusión del uso de la electricidad y del petróleo.
El uso comercial de la electricidad, y la posibilidad de su traslado gracias a la invención del transformador, abrieron la posibilidad de mecanizar la práctica totalidad de la producción industrial, disminuyendo los costes de producción. El descenso de los precios incrementó la demanda, lo cual, hizo posible el crecimiento de la oferta, aumentándose la cantidad producida.


El avance de la electrificación en España se produjo en dos etapas. Entre 1880 y comienzos de la Primera Guerra Mundial el uso de la electricidad estuvo restringido a la iluminación, especialmente en las calles. En la segunda fase (1914-1930) se difundió en la industria, pero con grandes diferencias de consumo regionales.
A todo lo anterior, se unieron otras dos grandes innovaciones: el avance en la destilación del petróleo y los progresos técnicos en la mecánica de motores. Ambas abrieron paso a la revolución de los transportes de la primera mitad del S. XX: el automóvil. España no quedó al margen de esta revolución, aun cuando fuera sobre todo a través de la importación de automóviles y no de su fabricación en el interior.
En estos decenios al aumento sostenido del número de pasajeros transportados por ferrocarril, se sumó, la expansión del telégrafo, teléfono y las emisiones de radio.
A pesar de la trascendencia de todos estos cambios, durante estos decenios España no alcanzó un nivel de producto por habitante de las naciones más avanzadas. La tasa de crecimiento, siendo apreciable, fue insuficiente.


LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES.

A partir de 1869 la economía creció sostenidamente acelerando el ritmo de expansión tras la coyuntura bélica de 1914-1918. Esta transformación se evidenció en la estructura de la población activa. El fuerte predominio del sector primario se redujo, la economía creció y transformó su estructura, aumentando el peso de la industria.
El crecimiento general fue acompañado del mantenimiento de profundos desequilibrios en las rentas por habitante entre áreas geográficas. En1930 sólo en tres zonas (Cataluña, el País Vasco y Madrid), se localizaba el grueso de la base industrial, el producto por habitante se situaba muy por encima de la media. A estas áreas se sumó la actual Comunidad Valenciana durante los años veinte debido a la expansión de las exportaciones de cítricos.
Estos desequilibrios regionales fueron acompañados de un aumento de las diferencias de renta entre personas. Mientras la mayor parte de los empresarios y de los trabajadores cualificados vieron aumentar sus ingresos, los salarios de la inmensa mayoría de los jornaleros y de los trabajadores no cualificados perdieron capacidad adquisitiva debido a una oferta superior a la demanda.
EL ATRASO AGRARIO.

Una razón importante para explicar las diferencias entre el nivel de renta por habitante español con el de las economías más avanzadas fue la escasez de transformaciones agrícolas, especialmente en el cultivo de cereales. Hacia 1930, los rendimientos se encontrarán entre los más bajos de Europa.
En el atraso agrario tuvo una influencia muy destacada la distribución de la propiedad de la tierra.
Los propietarios de los grandes latifundios de Extremadura, Castilla y Andalucía tenían una gran aversión al riesgo y muy escaso interés por el cultivo eficiente de sus tierras. De esta forma, en estas zonas se consolidaron unas condiciones de vida cercanas a las de subsistencia.
Las diferencias extremas de renta entre una minoría de propietarios y la gran masa de campesinos sin tierra provocaron una notable conflictividad. Inicialmente, la protesta campesina estuvo sobre todo unida a las malas cosechas. Con el avance de las organizaciones campesinas, la movilización fue vinculándose cada vez más a la necesidad de una reforma agraria que permitiese el acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra.
Al mismo tiempo, en la Submeseta norte y en Galicia la subdimensión de las explotaciones, y además la mala calidad de la tierra en el primer caso, limitó la capacidad de ahorro de los pequeños campesinos, obligó a la emigración a muchos de ellos e impidió aumentar la eficiencia en el cultivo en un grado suficiente para llegar a ser competitivos.
Esta trayectoria general, favorecida por la elevada protección arancelaria aprobada a partir de 1891, consolidó al cereal como el principal cultivo del campo español. En 1931, al valor de la producción de cereales y leguminosas representaba más del 40% del total del producto agrario.
Con ello, la creciente población urbana se vio obligada a consumir alimentos a precios mucho mayores que los del mercado internacional. Los altos preciso agrarios condujeron a aumentos en la inversión o en la demanda debido al comportamiento rentista de los propietarios.


La AGRICULTURA MEDITERRÁNEA, a pesar de esta situación general, otros cultivos, entre los que destaca la viticultura, el olivar y los cítricos, tuvieron una trayectoria más dinámica.
La expansión de la viticultura durante el último tercio del S. XIX tuvo efectos de arrastre modestos para el resto de España. Excepto en La Rioja y Cataluña, en las demás zonas de cultivo de vid no se produjo la creación de bodegas dedicadas a producir vinos de calidad.
Lo mismo sucedió con la producción y exportación de aceite de oliva. Desde finales de los años setenta la posición española en los mercados internacionales mejoró. Sin embargo, el fracaso a la hora de establecer una imagen de marca y una estructura comercial propias hizo que el aceite español dependiera de la demanda italiana.
Junto al vino y al aceite, la naranja, cultivada en su inmensa mayoría en la Comunidad Valenciana, configura la trilogía de la agricultura más dinámica. Fue en Valencia y en el litoral del sur de Cataluña donde el desarrollo agrícola estimuló en mayor medida, la consolidación de diversas actividades manufactureras como el mueble y la cerámica. Desde finales de los ochenta, la fuerte y continuada expansión de la demanda de Francia y Gran Bretaña, aumentó la superficie cultivada a costa de los cereales hasta entonces principal cultivo de regadío. El predominio de la mediana y pequeña propiedad hizo posible que aumentaran los ingresos de un sector amplio de los valencianos.

LOS RECURSOS MINEROS.

Entre 1874 y 1914 tuvo lugar la explotación masiva de los ricos yacimientos mineros del subsuelo español. Su extracción tuvo efectos económicos muy escasos. Las dos actividades mineras más importantes en este período fueron el carbón y el mineral del hierro. La expansión de la minería del hierro contribuyó, junto a la protección arancelaria, a consolidar la industrialización del País Vasco.
La expansión minera se explica por tres factores. Por el aumento de la demanda internacional de estos productos ante las innovaciones técnicas, por los avances en las técnicas de explotación que abarataron los costes de extracción, y por la nueva legislación minera de 1868, que supuso el final de una rígida reglamentación de las concesiones.
Como consecuencia, el número de concesiones para explotar los yacimientos creación de forma espectacular desde 1870 hasta 1913. La mayor parte de las cantidades extraídas fueron exportadas.
Los escasos efectos de arrastre del desarrollo minero se han vinculado a la fuerte presencia de compañías extranjeras entre las concesionarias. Pero es necesario matizar esta apreciación teniendo en cuenta que en España no existía una demanda interna suficiente para absorber la producción ni tampoco unos grupos empresariales autóctonos capaces de acometer la explotación de los yacimientos. Una excepción es las minas de Almadén. El Estado ofreció la concesión de la comercialización del mercurio a la compañía extranjera de los Rothschild a cambio de apreciables cantidades de dinero para las arcas estatales. Su riqueza fue utilizada para paliar la crónica insuficiencia de ingresos de la Hacienda Pública.


El CARBÓN Y EL HIERRO.

Aunque los yacimientos hulleros españoles estaban distribuidos por diversas zonas, era en Asturias donde tenían una mayor importancia y donde la minería dela carbón alcanzó un mayor desarrollo. La mayor cuantía de los recursos y la facilidad para ser enviados a la costa para acceder al transporte marítimo impulsaron el desarrollo del sector así como el traslado de la embrionaria siderurgia española de Málaga a Asturias.
La mala calidad del carbón no fue una desventaja, hubo un notable aumento de la extracción que fue inseparable de las ayudas del Estado. La minería de la hulla fue, junto a los trigueros, el sector que consiguió mayores apoyos de la administración.
En la minería del hierro el convertidor Bessemer estimuló de forma espectacular la demanda de mineral español porque este convertidor de lingote de hierro en acero requería que el primero hubiera sido obtenido a partir de mineral de sin fósforo. Y ésta era una característica del mineral vasco poco frecuente en el resto de Europa. El mineral Vizcaíno contaba, además, con la ventaja de la proximidad de las minas al mar, lo que abarataba su transporte.
A partir de 1871 se crearon un gran número de sociedades mineras, casi todas de capital británico, pero también francés o belga y, en algunas de ellas, vasco. La escasa demanda interior hizo que, como en el resto de la riqueza minera, la inmensa mayoría fuera exportada. El auge de las exportaciones convirtió a España en el principal exportador de mineral de hierro en Europa.

LA INDUSTRIA.

El crecimiento industrial del último tercio del S. XIX y primero del S. XX, no puede ser explicado sin la industrialización del País Vasco, a su vez indisociable de la producción de hierro y acero.
LA INDUSTRIALIZACIÓN DE VIZCAYA.

La acumulación de capital derivada de la explotación de mineral de hierro junto a la transformación previa de economía vasca, y la repatriación de capital físico y humano de Cuba, tras su independencia, dieron como resultado la consolidación de una industria siderúrgica moderna localizada en Vizcaya.
La consolidación del eje comercial entre Bilbao y Cardiff, exportación de mineral de hierro a Inglaterra e importación de carbón galés de mayor calidad que el asturiano para los altos hornos vascos, desempeñaría un papel de primer orden en este desarrollo, por cuanto el aumento de los intercambios permitió reducir el flete por unidad transportada. En 1902 se crean los Altos Hornos de Vizcaya, la empresa dominante durante una gran parte del S. XX dentro del protegido sector siderúrgico español.
De esta forma, se consolidaron en Vizcaya, las principales empresas de construcciones mecánicas y de construcción naval y, más en general, un entramado de sociedades industriales en muy diferentes sectores, uno de los rasgos más reseñables de la industrialización vasca fue, precisamente, la diversificación. Navieras, compañías de seguros, químicas, compañías eléctricas, banca, construcción de maquinaria, conformarán una sólida base industrial y financiera con fuertes ramificaciones en el resto de España.

LA DIFUSIÓN INDUSTRIAL.

Junto a los núcleos básicos, Cataluña y el País Vasco, cuya preponderancia se mantuvo durante estos decenios, la industria se difundió por zonas más amplias del territorio, diversificándose al mimo tiempo la estructura sectorial, como la electricidad, la química y los transformados metálicos. Entre 1913 y 1929, tuvo lugar una destacada difusión de las transformaciones en el conjunto del territorio aumentando la interconexión entre industrias y la complejidad en los procesos de producción.
Madrid participó también en este proyecto de expansión hasta convertirse en la tercera región industrial. La importancia de sus progresos está vinculada, en buena parte, al hecho de localizarse en ella la capital de España y ser la sede de la Administración Central. Muchas empresas se instalan en esta ciudad. Y por otro lado, la expansión de su industria es inseparable del fuerte crecimiento demográfico de la capital de España, el cual favoreció la demanda de bienes de consumo. El sector social con mayor capacidad adquisitiva puede ayudar a explicar el que, durante los años veinte, se crearan diversas empresas de fabricación de automóviles.
Entre las diferentes regiones representativas del avance industrial deben destacarse: Galicia, Aragón y la Comunidad Valenciana. Y entre los sectores, hay que mencionar la industria conservera, la harinera o la producción de cemento. En ningún caso, sin embargo, el aumento del peso de la industria debe equiparse con la industrialización de estas áreas.

LOS NUEVOS SECTORES.

Podemos distinguir los siguientes sectores:
El sector de la electricidad (es el de mayor importancia en España).
El sector químico. Fabricación de abonos, (fosfatos), tintes, blanqueadores, explosivos y fibras ratifícales.
Capital extranjero y fuertemente protegidos. Destacan las empresas Cros.
Sector del petróleo, fuente de energía que favorecerá el desarrollo del motor de explosión.
Desarrollo de las telecomunicaciones: teléfono, telégrafo y radio.
Entre todos los ejemplos de la modernización de la estructura productiva sobresale, el rápido crecimiento de la producción y distribución de la energía eléctrica.
Este aumento de la producción y el consumo fue acompañado de un incremento sostenido de la fabricación interior de material eléctrico, la demanda interna pasó a ser abastecida por empresas instaladas en España, en muchos casos gracias a contratos de asistencia técnica con las principales multinacionales del sector. La elevada protección fijada en el Arancel de 1922 favoreció estos acuerdos con empresas extrajeras.
Este rápido aumento del peso de los nuevos sectores con mayor contenido tecnológico, no debe hacer perder de vista dos aspectos. Por un lado la preponderancia de las industrias de bienes de consumo sobre los bienes de equipo. Por otro lado, lo limitado de las zonas industrializadas. A pesar de los avances, las transformaciones económicas y sociales vinculadas a la industrialización sólo estaban presentes en Cataluña, el País Vasco y Madrid.

EL INTERVENCIONISMO DEL ESTADO.

Desde finales del S. XIX se produjo un avance de la intervención de Estado en dos direcciones: la elevación de las tarifas arancelarias para evitar la competencia exterior y el aumento del intervensionismo para favorecer la inversión privada reduciendo su riesgo.
Las leyes arancelarias de 1891, 1906 y 1922 son las medidas proteccionistas más importantes. Paralelamente, fueron aprobándose un extenso grupo de disposiciones en las que se combinaban exenciones y privilegios fiscales, subsidios, primas y pedidos directos de la Administración.
El presupuesto del Estado tuvo una importancia cada vez mayor en esta creciente presencia del Estado en la economía. Sin embargo, el déficit crónico hicieron que los sucesivos gobiernos se mostraran mucho más favorables a conceder exenciones fiscales o a regular la competencia que a conceder subvenciones.
En algunos sectores nuevos, este apoyo publico fue decisivo para permitir su aparición. La construcción naval militar y, ya en los años veinte, de la industria aeronáutica, son ejemplos de ello.
Sin embargo, este argumento de protección a la industria naciente fue utilizado por los grupos de presión para favorecer actividades que eran muy poco competitivas.
La intervención económica del Estado alcanzó su máximo en los años veinte. En la política comercial, el Arancel de 1922 aumentó la protección colocando a España entre los países más proteccionistas. El intento de asegurar la reserva del mercado interno, incluyendo la prohibición de importar trigo y harina excepto en circunstancias extraordinarias, fue acompañado de gran número de medidas legales cuyo objetivo era regular la competencia.
El inacabable listado de organismos reguladores creados entre 1923 y 1930 muestra el notable afán intervensionista del régimen dictatorial, dentro del cual destacan, por su novedad, el apoyo a las Confederaciones Hidrográficas con el claro objetivo de fomentar la producción eléctrica y la creación de la Caja Ferroviaria para modernizar los ferrocarriles. Al mismo tiempo, se promulgó un amplio abanico de ayudas administrativas para fomentar el aumento de la producción en los sectores de bienes de equipo. También se sometió a control administrativo tanto la instalación de cualquier negocio industrial como la ampliación o el traslado de las instalaciones ya existentes y la adquisición de nueva maquinaria. Ello reforzó las trabas a la competencia entre empresas, desincentivó la innovación técnica y articuló una extensa estructura burocrática que consolidaba la discrecionalidad en la obtención de las ayudas.

EL FOMENTO DE LAS INFRAESTRUCTURAS.

Junto a las medidas anteriores, la política presupuestaria fue también utilizada para estimular la expansión de la economía, creándose entre 1926 y 1929 un Presupuesto Extraordinario financiado con Deuda Pública. Así, el porcentaje del gasto del Estado en relación con el PIB aumentó, a pesar del crecimiento de éste durante el primer tercio del siglo. Con ello creció sustancialmente la importancia del gasto económico, aun cuando su proporción fuera muy inferior a la de hoy en día. El peso en el PIB de este tipo de gasto fue similar al de otros países más avanzados de Europa y desde la Primera Guerra Mundial superior al de Italia o Francia. La inversión pública en relación con el PIB casi se duplicó. El destino principal fue la mejora de las infraestructuras de transporte cuya expansión, junto con las ayudas a sectores como la marina mercante y los ferrocarriles, contribuyó a aumentar la productividad del sector privado.
Los ferrocarriles tampoco quedaron al margen del apoyo estatal, aunque en muchas ocasiones fuera mediante fórmulas irregulares para ocultar la cuantía del déficit presupuestario. Durante los años veinte el mecanismo fue la creación de la Caja Ferroviaria del Estado, un organismo autónomo con capacidad para emitir deuda que el Estado avalló, pero que no figuraba en el Presupuesto. Como sus inversiones fueron incapaces de generar los recursos necesarios para amortizar las emisiones, la deuda ferroviaria tuvo que ser incorporada a la del Estado durante la Segunda República.