viernes, 8 de junio de 2018

TEMA CORTO 7. La España del Barroco y su arte

Tema 7 La España del Barroco.

  1. El sistema de Westfalia-Pirineos: Ocaso de la hegemonía de los Habsburgo.
  2. Gobiernos de validos y conflictos internos.
  3. La crisis de 1640
  4. Evolución económica y social en el siglo XVII.
  5. Mentalidad, cultura y arte en el Siglo de Oro.
 
7.1 El sistema de Westfalia-Pirineos: Ocaso de la hegemonía de los Habsburgo
Durante su reinado todas las potencias europeas están cansadas de tantas guerras, y España logra llegar a firmar la paz con ellas, periodo que dura solo hasta 1621.
Con Inglaterra se firma la paz en 1605, con los Países Bajos, se firma la Tregua de los doce años (1604), y con Francia se casa Ana de Austria con Luis XIII (padres de Luis XIV), y de Isabel de Borbón con el Príncipe Felipe.
Poco interés tenía Felipe III por el gobierno como ya había previsto su padre y el delegar todo su poder en El Duque de Lerma y más tarde en el hijo de este, el Duque de Uceda, lo que ocasionó una corrupción total en la política, llegándose incluso a vender cargos públicos.
Se inicia la Guerra de los Treinta Años en 1618, y con ella el incremento del hambre, la caída de la economía y de la moral social, llegando así los bandoleros, caballeros.
 
7.2 Gobiernos de validos y conflictos internos
FELIPE IV, (1621-1665).
En el año de 1521 hereda el trono Felipe pero quien gobierna principalmente será su valido, Conde-Duque de Olivares, con éste se inicia la época de hostilidades en política internacional por su afán imperialista.
El Conde - Duque de Olivares. Noble andaluz, consiguió con su fuerte personalidad, anular casi la figura de Felipe IV, y llevar él el reino, intentó organizar de nuevo la nación, así como, terminar con los abusos reeducando a la sociedad, creó impuestos exclusivos para la iglesia, de forma que esta contribuyera al sostenimiento económico del Estado, e intento anular la Inquisición, pero le falló su idealismo y ansias de poder.
Concepción política de Olivares: Intentaba reformar la estructura de la monarquía española, convirtiendo España en un solo estado con las mismas leyes e instituciones, Castilla impondría a los demás estados sus leyes, en este punto fue un precursor de lo que luego sucedería con los Borbones. Los medios que utilizaría para ello serían pacíficos, con casamientos y alianzas pero en realidad se inclinó por el procedimiento de la coacción, mucho más eficaz, e incluso la violencia y el engaño. Su gran error fue no prever las consecuencias, España no era como Francia que tenía un idioma común y que durante toda la edad media había tenido un monarca común. Su política terminó en la separación de Portugal, la claudicación ante Cataluña y la pérdida del Rosellón y la Cerdeña y en definitiva la caída de la hegemonía española.
 
Política internacional.
 La política del Conde-Duque fue de acoso a Francia, aliándose con Austria y defendiendo el catolicismo frente a los protestantes, apoyando al emperador Fernando II en la Guerra de los treinta años. En el año 1624 se logra rendir la plaza de Breda tras varios años de guerra con Holanda, Velázquez inmortalizó este momento en su magnífico cuadro. España se impuso también en el norte de Italia contra Francia y Richelieu tuvo que aceptar la paz de Monzón, reconociendo la independencia de los católicos de la Valtelina aliados de España y del Imperio. Los éxitos de Olivares fueron muchos, y finalmente se ganó en Alemania a los suecos aliados de los protestantes alemanes, en Nordlingen en el 1634, esta sería la última gran victoria española del siglo en Europa.
Pero Francia dirigida por el cardenal Richelieu siguió luchando por romper el liderazgo de los Habsburgo, antes de Nordlingen había impuesto en Italia a un príncipe francés en los ducados de Mantua y Monferrato, limítrofes con el ducado de Milán (1628-30) y Olivares tiene que aceptar la nueva situación ( tratado de Cherasco 1631) que amenazaba la hegemonía de España en Italia. Y finalmente Francia entra en la guerra de los Treinta años contra España y el Imperio. Los franceses mandados por los generales Condé y Turena ganaron y ocuparon Alsacia, los holandeses derrotan a España en las Dunas (1639), permitiendo a los franceses invadir Flandes y conquistar Arras (1640).
 
7.3 La crisis de 1640.
El desarrollo de las guerras, nos lleva a una serie sucesiva de derrotas con la consiguiente pérdida de tierras fronterizas con Francia. Estas derrotas que marcaron el hundimiento militar de España fueron las de Rocroi (1643), Lens (1648) junto a las anteriores.
Después de este desastre Felipe IV, aconsejado por la monja Sor María Jesús de Agreda, destituye a Olivares y nombra a D. Luis de Haro nuevo valido (1643).
Tras estas derrotas, las potencias europeas, obligan a España a firmar El Tratado de Westfalia (1648), con lo que abandonada por el Imperio continúa ella sola la lucha contra Francia, hasta que en 1659 es obligada a firmar en la isla de los Faisanes la Paz de los Pirineos, por la que se entregaban a los franceses Rosellón y Cerdaña, esto convierte a Francia en sucesora de España en lo referente a la hegemonía europea.

Debilidad interna.
 Desde 1630 España sufre sublevaciones dentro de su unidad peninsular, así en 1640, lo hace Cataluña, que proclama Conde de Barcelona a Luis XIII de Francia y hasta doce años después, con la ayuda de una gran parte de catalanes, que querían formar parte de la corona española, se consigue volver a nombrar a Felipe IV rey, el cual confirmará todos los fueros catalanes (1653). También en 1640, Portugal se alza en guerra contra España, consiguiendo su independencia y proclamando al duque de Braganza, como nuevo rey Portugués.
Viendo el éxito portugués, andaluces, encabezados por el duque de Medina Sidonia, aragoneses, dirigidos por el Duque de Híjar y navarros se sublevan, siendo sofocadas estas guerras rápidamente, pero muestran un desequilibrio tanto económico, político, social y de unidad en la nación. También hay revueltas en Sicilia, 1646 y en Nápoles, 1647.
 
CARLOS II, (1665 – 1700).
Carlos II hereda el trono de su padre Felipe IV en 1665. Carlos II deja pronto patente su poco interés por el trono y es gobernado por su madre y su hermanastro y otros válidos como el Padre Nitart, Valenzuela etc. Al rey poco a poco se le ve que no está ni mental y física preparado para este puesto.
En el reinado de Carlos II, se reafirma la independencia de Portugal (1668), entregando esta a cambio Ceuta a España.
Con Francia hubo numerosos enfrentamientos todos ellos ganados por Luis XIV, se conocen como las guerras de las devoluciones pues siempre de las perdidas sufridas nos devolvían algo pues no querían llevarse mal con los españoles pues Mª Teresa la esposa de Luis XIV era hermana de Carlos II y aspiraban a heredar el trono ya que su hermano no tenía descendencia.
Su reinado se pensaba corto, pero se prolonga para agonía de España desde 1665 a 1700. El reinado termina sin descendencia, debido a su impotencia, pero deja en su testamento a Felipe de Anjou como heredero, pero también tienen derecho los austriacos, el príncipe o archiduque Carlos, con quien se enfrentara por la sucesión.
Son los Borbones (casa de Anjou), los que al fin heredan y quienes consiguen devolver a España el prestigio en Europa.
 
7.5 Evolución económica y social en el siglo XVII.
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7.6 Mentalidad, cultura y arte en el Siglo de Oro.
1. CARACTERÍSTICAS DEL BARROCO.
El nuevo espíritu religioso de la Contrarreforma ocasionó un movimiento reaccionario contra las tendencias reformistas y neopaganas del S. XVI, así como contra las nuevas disidencias espirituales que se propagaban por medios de la literatura y de las artes. A toda esta corriente literaria y artística se reconoce con el nombre de Barroco. El término BARROCO se ha empleado por los críticos posteriores como sinónimo de despectivo, extravagancia o mal gusto. Barroco deriva, según unos, del término portugués barroco, (una perla irregular), otros defienden su origen ridiculizado del silogismo escolástico llamado barroco. En Francia desde el S. XVIII se le usa como extravagante. Actualmente, se acepta desprovisto sin su intención peyorativa, el Barroco es una postura, deseo y actitud opuesta al clasicismo.
 
El Barroco se impuso lentamente en Europa durante el último tercio del S. XVI y todo el XVII.
Se caracteriza:
1) En la literatura, por el Conceptismo: expresa el pensamiento de un modo sutil y difícil, y Culteranismo: utiliza un lenguaje rico de vocablos con sintaxis retorcida y complicada.
2) En el arte, se le define como el mundo de los contrastes heredados, existe el movimiento de las líneas renacentistas, predominan las líneas curvas y mixtas sobre las rectas, lo decorativo sobre lo constructivo. En pintura y escultura el realismo y el tenebrismo se dan la mano y fluctúan, se contradicen en su expresión exagerada y patética.
Estas formas del arte barroco italiano influyen en el arte europeo creando una notable unidad de estilo a pesar de las contradicciones, dentro de las naturales diferencias de unos países a otros.
Ya en el último tercio del XVII, el clasicismo nace en Francia como reacción frente al ROCOCÓ o barroco más exuberante.
El nuevo estilo aprovecha muchas de las innovaciones del barroco y rococó, así se iniciará en Versalles el gusto por las formas más depuradas, más clásicas.
 
1) En la literatura, EL BARROCO DEL SIGLO XVII.
Características generales del barroco.
1) Se busca afanosamente todo aquello que signifique novedad o sea, algo extraordinario con el fin de excitar la sensibilidad y la inteligencia y provocar la admiración.
2) Se olvidan las normas clásicas y se deja todo a la libre apreciación del individuo o del capricho personal.
3) Abunda la exageración, lo desmesurado o hiperbólico.
4) La vida y el arte son concepciones totalmente dinámicas.
5) El estilo es rápido y retorcido.
6) Se subordina el tema central junto a los otros.
7) La realidad es vista unilateralmente.
8) El desequilibrio entre las formas y el fondo es desorbitado.
En España hay dos corrientes literarias, que son: el Culteranismo y el Conceptismo.
División del barroco.
1). Comienzo en los últimos años del S. XVI y los primeros del XVII. El estilo es natural y el ejemplo más claro es Cervantes.
2) Auge, comprende desde 1620-1640 ó 1645. El estilo es propiamente barroco. Las figuras cumbres serían: Lope de Vega, Góngora y Quevedo.
3) El Barroco pleno de 1645-65, lo barroco se ha generalizado. Los representantes serían: Gracián y Calderón.
4) La decadencia barroca de 1665-85. El barroco se degenera en extravagancias (conceptitas) y en tópicos vulgares y pedantes (culteranos).
 
EL CULTERANISMO
El fin al que aspira está corriente, es crear un mundo de belleza absoluta apoyándose sobre todo en los valores sensoriales. Para conseguir esto, usa metáforas muy atrevidas y el lenguaje usado es en su mayoría, culto. La metáfora tiene como fin sólo y exclusivamente el valor estético. El lenguaje está basado en latinismos, a menudo usa neologismos (crea nuevas palabras), son constantes los hipérbatos. Abundan las alusiones a la mitología. Abundancia de palabras que dan muestra de una gran belleza sensorial. Los personajes más llamativos son: Mena, Herrera, Góngora.
Luis de Góngora y Argote. Es el representante máximo del culteranismo.
Sus obras se dividen en dos sectores: Las primeras escritas en versos cortos y populares. Las segundas en versos cultos (sonetos endecasílabos).
Las poesías primeras son las letrillas y los romances.
La poesía en versos cultos son los mejores sonetos escritos.
Hay varios tipos: sonetos burlescos, satíricos o de crítica personal. El estilo de Góngora tiene dos propósitos: el primero es buscar la belleza desfigurándonos la realidad o esquematizándola, por eso usa metáforas, cultismos, mitologías muy a menudo. El segundo, escribe con un lenguaje totalmente culto, usa hipérbatos y neologismos.
Las obras poéticas de muchas estrofas “Polifemo y Galatea”, escrito en octavas reales. “Soledades”, toda ella trata de narrarnos de una forma recargada la vida de la naturaleza.
 
EL CONCEPTISMO
El conceptismo se basa en la asociación ingeniosa de ideas o palabras es decir de conceptos. Predominan los escritos en prosa. Busca afanosamente expresiones difíciles con palabras habituales retorcidas. Así crea nuevas palabras, a las viejas les puede dar distinto significado y se crean nuevas formas sintácticas como la hipérbato. La prosa conceptista está llena de antítesis, paradojas, contrastes, paralelismos y algunos chistes rebuscados. En los conceptistas es algo típico el laconismo. El estilo por lo general suele estar lleno de inquietud, con un ritmo cargado de sonoridad y color.
Francisco de Quevedo y Villegas. ¿Cómo ve las cosas Quevedo?. Defiende los valores del espíritu, pero critica con crueldad las mezquindades humanas. Al final de su vida su crítica se encamina a exaltar la justicia, la autoridad y el patriotismo, así ve el mundo, como si fuera una auténtica farsa, llega a la conclusión de que lo único verdadero es la muerte. Las obras poéticas son: “El Parnaso español”. “Las tres últimas musas”.
Las obras en prosa. Su prosa es ingeniosa y aguda por la comicidad que él le da y por la forma de expresarse. La obras de este tipo se pueden clasificar como festivas porque su fin es cómico: "Cartas del Caballero de la Tenaza".
La "Historia del Buscón D. Pablos, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños”. Es obra de tipo picaresco y está llena de humor donde lo trágico parece ridículo. Aparecen chistes macabros y groserías. El lenguaje a menudo tiene doble sentido.
“Los sueños” bajo este nombre se critica todo lo que quiere así: “Sueños de Calaveras” (visión del infierno). “El mundo por dentro”. “La hora de todos” y “la fortuna con seso”.
Su prosa doctrinal se divide en dos clases: la ascética en la que escribe las obras de “La cuna y la sepultura” y “Providencia de Dios” y las políticas entre las que cabe mencionar la “Vida de Marco Bruto” y la “Política de Dios, gobierno de Cristo, tiranía de Satanás”.
El estilo de Quevedo, de él se dice que es el mejor prosista del S. XVII, y pertenece al conceptismo. Destaca el laconismo de sus frases con mucho ritmo nervioso y rápido. Abundan las antítesis y contrastes. El léxico que usa es deformado tendiendo a la estilización caricaturesca de la realidad con su humor genial y siniestro. Las obras menos brillantes son las políticas y ascéticas.
 
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
Sus obras son muy variadas, experimento en todas las opciones de la Literatura.
Las poesías y teatro son comedias hechas en verso. Los entremeses ( obras de teatro en prosa donde la puesta en escena es briosa y profunda). “El Retablo de las Maravillas” es un sátira cómica de las convivencias e hipocresías sociales.
La novela de tipo pastoril destacamos “La Galatea” que está escrita en verso y prosa.
Las novelas ejemplares, son así llamadas por motivos diversos pero quizá el más significativo sea su intención de servir de ejemplo moralizante. Se suelen dividir en dos grandes grupos.
El primer grupo, con técnica semejante a la italiana y es algo convencional. “El Amante Liberal”, “Las dos Doncellas”, “La Española Inglesa”, “La Gitanilla”, “La Ilustre Fregona”, lo principal de estas novelas se halla en lo humanístico y las sátiras de ambiente.
Las del segundo grupo son más cervantinas, así la intriga forma parte viva de la narración sin que ello implique menor sátira y humor. Entre ellas cabe recordar: “El Celoso Extremeño”, “Rinconete y Cortadillo”, “El Casamiento Engañoso”, “El Coloquio de los Perros” y “El Licenciado Vidriera”.
El quijote. Fue publicado en Madrid en 1605. Entre la primera parte y la segunda pasaron 10 años.
El argumento o asunto trata de un hidalgo manchego, Alonso Quijano, que pierde el juicio por haber leído tantos libros de caballería. Cambia de nombre por D. Quijote de la Mancha y decide abandonar el pueblo para ser caballero andante, defensor de los débiles. Su dama será Dª Dulcinea del Toboso que sustituye al personaje de Aldonza Lorenzo, que era una aldeana.
La primera parte acaba con la paliza que le propinan unos mercaderes. Antes han ocurrido los siguientes hechos: se le queman los libros, con ese motivo sale en busca de aventuras con su escudero Sancho Panza. Luego ocurre una batalla con los molinos de viento. Un encuentro con los cabreros. Otro es el de los Galeotes. Luego D. Quijote baja a Sierra Morena para hacer penitencia por su amada, envía a Sancho con una carta para Dulcinea y con ello saben donde está y entre el cura y el barbero lo hacen volver al pueblo engañándolo.
En la segunda parte, se narran con mayor maestría los episodios: derrota al caballero de los espejos (el bachiller Sansón Carrasco), después se enfrenta con los leones, baja a las cuevas de Montesinos y llega a la corte de los Duques. Desde allí marcha a Barcelona y es derrotado por el caballero de la Blanca Luna (Sansón Carrasco) y le obliga a irse al pueblo. Allí decide hacerse pastor pero se pone enfermo y muere poco después de haber recobrado el juicio.
El Quijote nos muestra dos partes muy diferentes y contradictorias, por un lado, la realidad en la persona de Sancho y por otro lo ideal en D. Quijote.
El humor de Cervantes en su libro equivale a la sonrisa compasiva frente a la caída en un pesimismo negativo. Su valor de comunicación y de actualidad lo hacen ser hoy y siempre Universal. Ha sido traducido en todas las lenguas.
Cervantes escribió otra obra: “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, publicada después de su muerte y terminada 4 días antes de morir, dedicada al Conde de Lemos.
El estilo de Cervantes es espontáneo, exaltador de lo natural y crítico de todo lo artificioso. Se pueden dividir sus obras en dos estilos: 1) Es muy cuidadoso con grandes y largos períodos simétricos. 2) Es sencillo, muy animado, suelto, usando el lenguaje familiar adquiriendo así mayor viveza y agilidad en todas las notas realistas y de humor. Este segundo estilo se encuentra en “El Quijote” y en las novelas ejemplares.
 
LA PICARESCA DEL S. XVII.
Rasgos generales de todos estos libros se resumen:
1). El pícaro es de origen noble y holgazán.
2). La sicología del pícaro radica en la desconfianza del prójimo.
3). Después de cada aventura aparece una reflexión moralizadora.
4). El elemento satírico es muy abundante motivado por el resentimiento hacia todos los que le rodean.
5). El humor abunda pero casi siempre es agrio y pesimista.
6). El lenguaje que se usa es muy variado pero siempre espontáneo y natural.
7). Hay una tendencia muy acusada a deformar la realidad.
 
Mateo Alemán, con su obra “El Pícaro Guzmán de Alfarache”, Vicente Espinel, con su obra “La Vida del Escudero Marcos de Obregón” El argumento nos cuenta las andanzas de Marcos de España, su cautiverio en Argel, su estancia en Italia y su vuelta a España.
Otras obras de la Picaresca poco conocidas pero no por ello menos interesantes son: “ La pícara Justina”, obra de picaresca que se le atribuye a Francisco López de Úbeda. “La hija de Celestina” o “La ingeniosa Elena”, de Salas Barbadillo, son narraciones satíricas, alegres y vivaces a pesar de la muerte trágica de las protagonistas.
 
LA POESÍA BARROCA NO CULTERANA
La poesía barroca no culterana, sigue las pasos de Herrera, tienen un gusto especial por lo clásico, lo colorista y largas reflexiones de tipo barroquista.
Francisco de Rioja. Es un poeta de la escuela de Andalucía, hace muchas poesías dedicadas a las flores: “A las rosas”, “Al jazmín”, “Al clavel”... su objetivo es hablar de la brevedad de la vida.
Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argensola, (Hermanos) son de la escuela Argón.Nacen en Barbastro (Huesca). Vivieron en Madrid y fueron a Italia. Lupercio escribió sonetos de tema amoroso y satírico de una forma sobria y elegante, con fin moralizador. Bartolomé escribió más cantidad. Predominan los temas morales y religiosos. Sobresalen, epístolas, canciones y sonetos. La historia de la conquista de las islas Molucas y los anales de la Corona de Aragón, ya que fue cronista. En conjunto la obra de los dos está llena de conceptos tópicos, filosóficos, morales.
 
TEATRO.
Características generales del teatro del S. XVII. En el S. XVII, el teatro significa lo fundamental de la tradición, así hay tendencia a la improvisación, expresión libre, apego a la tradición local. Los representantes máximos son: Lope de Vega y Calderón de la Barca. Hay tres tipos de teatro: religioso, cortesano y teatro de los corrales.
LOPE DE VEGA Su comedia se encuentra dividida en 3 actos en lugar de los 5 que promulgaba la escuela francesa. En ellas aparecen tanto verso como prosa, aunque predomina el verso octosílabo. Las estrofas que mejor nos pueden contar las escenas dramáticas son: La redondilla, las décimas (quejas). Las relaciones en forma de romances. Para los monólogos, el soneto. Une lo trágico con lo cómico, rompiendo lo que se llaman las tres unidades. Aparece el personaje del gracioso en todas sus obras.
Los temas que usa son de carácter nacional. Se dividen en épicos que son los que ha sacado de la tradición, en ellos busca la belleza o el interés dramático. Los religiosos, son populares. Escribe Autos, comedias bíblicas y de santos.
Cabe añadir los temas de honor, que son los motivos más fundamentales de su obra.
Su estilo, en general, es de tipo renacentista aunque se declara partidario del lenguaje natural que posee elementos barrocos o retorcidos.
Sus obras se dice que escribió 1800 comedias y 400 Autos de las que nos han llegado 426 comedias y 42 Autos.
Se suelen dividir atendiendo al género, en dos: a). Las obras de tema profano se subdividen en: 1.- históricas y leyendas como: Fuente ovejuna, El caballero de Olmedo, Peribánez y el comendador Ocaña, El mejor alcalde, el Rey. 2.- históricas y novelescas o costumbristas como: Castigo sin venganza. Comedia de capa y espada. El acero de Madrid. 3.- bucólicas y mitológicas como: El villano en su rincón y Belardo el furioso. b). Las obras de temas religiosos se subdividen en: 1.- comedias bíblicas, como: La creación del mundo y La buena cornada. 2.- los Auto Sacramentales como: del nacimiento. La siega y La adúltera perdonada.
Su obra lírica. Su poesía se divide en dos grupos según los metros usados: el popular y el culto.
Las poesías de metros populares. Destacan los romances y las letrillas. Su estilo es muy sencillo. "Pobre barquilla mía". Las poesías de metros cultos. Escribe unos 3000 sonetos distribuidos en las obras de comedias y otros de poesía. Destacan las Rimas humanas, Rimas sacras.
El estilo de este género se caracteriza por tener una brillantez en la forma y ser conceptistas de contenidos. En sus poesías aparece una profunda emoción y un fresco lirismo.
La novela narrativa es menos interesante pero no despreciable, así cabe recordar algunas de sus obras en prosa: “La Arcadia” trata el tema Pastoril. “El peregrino en su patria” obra de tipo bizantino donde mezcla el sentimiento y la aventura. Las cuatro “Novelas a María Leonarda” dedicadas a su amada Marta Nevares, es una novela-carta, muy cortas. La mejor de todas ellas es “La Dorotea”, en ella nos narra sus amores con Elena Osorio.
Su estilo es muy cuidado y el diálogo es un ejemplo de las conversaciones cultas de la época.
 
TIRSO DE MOLINA. (FRAY GABRIEL TÉLLEZ). En prosa escribió dos obras: “Los cigarrales de Toledo”.
En teatro se dice que escribió unas 400 comedias de las que se conservan 80. Sus características son: Sigue las libertades de Lope de Vega, pero nos presenta los personajes muy caracterizados y olvida todo lo que no sea real, no se ocupa de los temas nacionales sino de los problemas sociales. Tiene gran intuición psicológica y humanística que hacen su teatro inconfundible.
Su estilo es muy rico de léxico, jugoso en la expresión y con frecuente ingenio, raya con lo culterano y conceptista.
Escribe sobre una variada clase de temas como: Bíblicos, de santos, históricos y amorosos.
Las comedias de temática bíblicas son La venganza de Tamar y la mejor espigadora.
Las de temática sobre santos son El mayor desengaño y Santa Juana.
La de temática histórica es La prudencia en la mujer.
Las de temática amorosa son El vergonzoso en Palacio. D. Gil de las calzas verdes. Marta la piadosa. La villana de Vallecas.
Dos de sus principales obras son las que brevemente vamos a resumir sus argumentos. El Burlador de Sevilla y Convidado de Piedra. Trata del D. Juan, que es invitado por la estatua del Comendador a un banquete y él se presenta y tras el macabro banquete muere y se condena como justo castigo a D. Juan, acabando así una vida de placeres sin medida. El Condenado por Desconfiado.
Juan Ruiz de Alarcón. Sus obras son: La verdad sospechosa, Las paredes oyen, Ganar amigos, Las pruebas de las promesas, el tejedor de Segovia, etc. Su estilo es parco en medios pero cuidado en las formas constructivas, gusta de escenarios urbanos y sus peculiares costumbres.
 
Luis Vélez de Guevara. “ El diablo Cojuelo”, es de corte costumbrista. Como autor dramático escribe obras. La obra principal es: "Reinar después de morir".
El estilo suele estar matizado de Gongorismos y en las comedias se aleja bastante de su estilo costumbrista acercándose a las comedias de capa y espada.
 
Pedro Calderón de la Barca. Posee dos estilos dramáticos en uno se nos muestra seguidor de Lope pero de una forma ordenada en la que se elimina todo lo accesorio, concentrando la acción en un tema central, y en el otro se aprecia lo ideológico y la puesta en escena.
La escenografía y la comunicación se complementan y se hacen ambos elementos los más importantes, así lo realista desaparece frente a lo simbólico o poético.
Su estilo literario es del más puro barroco adornando el centro de su obra con conceptos filosóficos. Calderón usa tanto el estilo conceptista como el culterano. La técnica de su teatro es la general de la época barroca.
Obras: Se conservan 120 comedias, 80 Autos sacramentales y piezas breves. Las comedias se dividen en:
1- Dramas históricos-legendarias: El alcalde de Zalamea. La niña de Gómez Arias.
2- Dramas de honor y celos: El médico de su honra. El mayor monstruo, los celos. A secreto agravio, secreta venganza. El pintor de su deshonra.
3- Comedias de capa y espada: La dama duende. Casa con dos puertas mala es de guardar.
4- Comedias filosóficas: La vida es sueño.
5- Comedias religiosas: El mágico prodigioso, La devoción de la Cruz.
6- Comedias fantásticas: La hija del aire, El Castillo de Librandisis.
7- Comedias mitológicas: La estatua de Promoteo.
8- Autos sacramentales. El gran teatro del mundo.
 
Baltasar Gracián. Es un auténtico intelectual, que pensaba que el hombre y su vida mortal era negativa, ya que nos muestra la cara de un gran pesimista, que está siempre disconforme. Para él, el ideal moral es la lucha constante por superarse a sí mismo y a lo que le rodea.
El estilo se halla recargado de culteranismos y conceptismos, crea nuevas acepciones a los vocablos actuales, usa la antítesis, los juegos de palabras y las elipsis.
Obras: El héroe, el discreto y el político. Agudeza y arte de ingenio. El oráculo manual y arte de Prudencia. El comulgatorio. El criticón. Este narra las peripecias de Andrenio y Critilo , símbolos de la Naturaleza y la Cultura, donde se hacen prudentes reflexiones.
 
2. LA ARQUITECTURA EN ESPAÑA.
La arquitectura del primer tercio del S. XVII sigue las normas de Herrera. Los arquitectos comienzan a atreverse a llenar con detalles ornamentales los edificios, primero con timidez, luego con osadía.
Francisco de Mora, seguidor de Herrera, se inicia con la Iglesia de S. Bernabé, continúa en las Descalzas Reales, y otras varias.
Juan Gómez de la Mora, discípulo de su tío, Francisco de Mora, pero ello no le impide para que se separe de su orientación, tiene como identidad y significación en obras como: la Clerecía o colegio de Jesuitas de Salamanca y el proyecto de la Plaza Mayor de Madrid.
J. B. Crescenci, a principios del XVII comienza la decoración con óleos, zarcillos, etc., del Panteón de El Escorial.
El jesuita Francisco Bautista encarna el tránsito de lo herreriano a lo barroco en la iglesia del colegio de S. Isidro el Real de Madrid.
Pedro de la Torre, se centró en los retablos interiores de muchas de las iglesias tanto de Madrid como de otras ciudades españolas; cabe reseñar los trabajos en el Buen Suceso, La Fuencisla segoviana, Sta María de Tordesillas, y en especial la Iglesia de Montserrat de Madrid.
El impulso decisivo hacia este pleno barroco se debe al pintor, imaginero y arquitecto granadino Alonso Cano (1601-1667), con el diseño del retablo de S. Isidro en el Exterior de S. Andrés, continuando su obra en la fachada principal de la catedral de Granada.
En Madrid el barroco quedó definitivamente asentado en la iglesia de S. Andrés y la iglesia de S. Luis, iniciada en el 1679 por José Ximénez Donoso.
En 1689, José Benito de Churriguera ganó el certamen para el catafalco o túmulo de Mª Luisa de Orleáns, primera esposa de Carlos II, lo realizó con gran teatralidad y efectismo.
J. B. Churriguera (1650-1723) ejecutó dentro de las formas barrocas el retablo de S. Esteban de Salamanca, la de Leganés, y Fuenlabrada con gran decoración, de columnas salomónicas, tradición artística española, similar a otras épocas como el gótico, el mudéjar y el plateresco, así realizó el conjunto de Nuevo Baztán, y retablo de las Calatravas.
Este estilo fue continuado por sus hermanos.
Joaquín de Churriguera ejecuta el retablo de las Clarisas de Salamanca, el Medina de Rioseco, La Seca; de nuevo en Salamanca realiza el retablo del Cristo de las Batallas, y Trascoro de la Catedral y otras varias.
Alberto de Churriguera, sigue la obra de Joaquín en el Coro, Sillería etc. de la Catedral, así como otras obras, entre las que sobresale el proyecto de la Plaza Mayor de Salamanca.
Pedro de Ribera, bajo las órdenes del Regidor marqués de Vadillo, lleva a cabo una reforma urbanística de Madrid, así se ejecutan los Paseos de la Virgen del Puerto, el Puente de Toledo, numerosas fuentes, el Cuartel del Conde-Duque, la fachada del Hospicio de Madrid, (Museo Municipal), y obras religiosas como fachada y torre de la iglesia de Montserrat, S. Cayetano, S. José de Madrid.
Narciso Tomé, decora la fachada de la Universidad de Valladolid, y llevó a efecto el aparatoso Transparente de la Catedral de Toledo, trabajó en el retablo de la catedral de León, pero apenas si se conservan algunas piezas, de muy buena talla, en S. Francisco de León.
En Sevilla, Leonardo de Figueroa inicia el estilo recargado y caprichoso en Hospital de Venerables Sacerdotes, La Magdalena, S. Luis, Sta Catalina, el Palacio de S. Telmo, todas ellas con exuberante decoración basándose en las líneas curvas.
En Granada, Francisco Hurtado Izquierdo, ejecuta la capilla del Sagrario en la catedral, la Cartuja del Paular de Madrid y de Granada, decoración majestuosa donde se mezcla el yeso y las maderas.
En Santiago de Compostela, Fernando Casas y Novoa, comienza en el claustro de Lugo, remodela la fachada de Platerías, y culmina con la fachada del Obradoiro sobre el Pórtico de la Gloria. Ésta se levanta como una enorme custodia barroca.
En el Levante, Diego Martínez Ponce de Urrana, ejecuta el camerín de la Virgen de los Desamparados de Valencia; Corrado Rudolfo, la fachada de la catedral de Valencia e Ignacio Vergara remodela el Palacio del Marqués de dos Aguas. Jaime Bort, la fachada de la catedral de Murcia.
En Cataluña se cubre la etapa del barroco con la iglesia de Belén, de Barcelona y la fachada de la catedral de Girona.
 
3. LA ESCULTURA: LA IMAGINERÍA POLICROMADA.
Características. Si en el S. XVI, la talla policromada predominaba frente a la pintura, llegando incluso a sustituirla. Ahora durante el barroco la escultura española que es más naturalista, que ha abandonado las influencias italianas, que ha evolucionado desde los grandes escultores del XVI, como Alonso de Berruguete, y Juan de Juni, se hace a sí misma con un arte autóctono de tono nacional, pleno de nuestra manera de vivir, del fervor religioso, del arraigo popular y su profunda expresión.
La escultura andaluza se desvía del realismo castellano y evita un excesivo dinamismo. Se dice que rara vez en arte se ha logrado calar tan hondo en la sicología del sentimiento religioso del pueblo.
Castilla desempeñó un gran papel en la evolución de la imaginería.
En la primera mitad del S. XVII, Gregorio Fernández (1566?-1636) inundó Valladolid, Madrid y otras tierras circundantes con El Cristo Yacente, esculturas de rostro doliente, tales como el Valladolid, Segovia, El Pardo, la Encarnación de Madrid, etc. vuelto hacia lo alto ( Piedad, del Museo de Valladolid, sus grupos con escenas de la Pasión), además nos deleita con sus retablos de Segovia, Nava del Rey, Medina, Tudela de Duero, Las Huelgas de Valladolid, Vitoria, Plasencia, etc.
En la escuela de Madrid cabe reseñar a Manuel Pereira, quien ejecuta obras como S. Bruno, Cristo de Lozoya, diez santos labradores para S. Andrés de Madrid, etc.
La escultura andaluza está representada por Juan Martínez Montañés (1568-1649), capaz de una observación penetrante de la naturaleza, modeló las formas con gran dominio de la anatomía y elevado sentido de la belleza clásica (Concepción, de la Capilla de los Alabastros, de la catedral de Sevilla: Cristo de la Clemencia, de la misma catedral; Cristo de la Pasión ( S. Salvador de Sevilla); S. Ignacio y S. Francisco Javier, ( anunciación de Sevilla), son imágenes par vestir; altar mayor de S. Isidro del Campo de Santiponce y la Batalla de los Ángeles en (Jerez).
Su discípulo, Alonso Cano, formado en Sevilla como escultor y pintor vivió en Madrid y Granada, realizó entre otras obras: el retablo de Lebrija, La virgen de la Oliva, El Niño con la cruz a cuestas en S. Fermín de los Navarros; Madrid.
La residencia y taller definitivamente la tiene en Granada, donde ejerció con su personalidad fascinadora una poderosa atracción con sus Inmaculadas, y Vírgenes, sin faltar los bustos de S. Pablo, Adán, Eva, y en mármol El Ángel Custodio.
Alonso Cano formó su propio círculo, donde cabe destacar los dos escultores andaluces más notables de finales del XVII: Pedro de Mena sigue la inspiración tierna y sensible del maestro en sus Inmaculadas, S. Diego de Alcalá, pero luego tiene su propio estilo en la representación en las tallas de la sillería de la catedral de Málaga, en Toledo nos deja su S. Francisco de Asís, místico, la Magdalena de Valladolid ascética, etc.
José de Mora, no hizo pasos de procesiones sí santos de altares, como la Virgen de la Soledad, (Dolorosas) de la iglesia de Sta. Ana de Granada, El S. Bruno de la Cartuja de Granada, El Cristo de la Misericordia, de S. José, donde reunió las mejores cualidades de su arte suave y concentrado.
 
LA PINTURA
4.1. EL GRECO
Caracteres de su pintura. A fines del S. XVI florece en Toledo Doménico Theotocópuli.
Se le conoce como EL GRECO (1541-1614), nacido en Candia, Creta, educado en la religión ortodoxa y artísticamente en Venecia y Roma, prueba fortuna en El Escorial y acaba asentándose en Toledo, donde se identifica con el espíritu castellano, que deja impronta y sello sus grandes producciones: El expolio, S. Mauricio, El entierro del Conde de Orgaz.
La evolución del pintor es una excepción para su tiempo, es original. Sus primeros cuadros demuestran su aprendizaje veneciano con Tiziano y Tintoretto.
Una vez en España el Greco buscó soluciones propias para sobrevivir y en Toledo se halló cómodo y desarrolla su personalidad.
“El entierro del Conde de Orgaz” es una obra de técnica y estética perfectamente definida. En la parte inferior se nos ofrece un mundo terreno concebido y ejecutado con extraordinario realismo, con el entierro, los santos, Esteban y Agustín, los caballeros toledanos fielmente retratados.
En la parte superior se nos presenta lo sobrenatural, el ángel entrega el alma, que es recibida por María, S. Juan, los bienaventurados y la corte Celestial donde incluye a Felipe II.
En esta zona superior las formas se descoyuntan, las figuras se retuercen y contorsionan, llevadas de un impulso espiritual y los personajes se hallan sumergidos en lívidas y verdes luces celestiales.
Dando un gran salto en su obra nos fijamos en el final de la misma pues en esta etapa es donde el Greco se manifiesta en su esplendor y libertad, ahora deforma de manera caprichosa todas las realidades y nos deleita con El Bautismo de Cristo, Pentecostés, Las Anunciaciones, La Adoración de los Pastores, etc. Están en el Museo del Prado.
 
4.2. EN VALENCIA: FRANCISCO RIBALTA Y JOSÉ RIBERA.
El tenebrismo de Caravaggio fue utilizado por los pintores levantinos. El introductor del estilo fue el pintor catalán Francisco Ribalta.
Francisco Ribalta formado en El Escorial y Madrid, seguidor de Navarrete el Mudo y de las formas venecianas, se instala en Valencia. Ofrece un estilo diferente, el contrarreformista con colores muy apropiados a los temas, dirigiéndose hacia el realismo naturalista como por ejemplo el retablo de Portacoeli en el Museo de Valencia, La visión de S. Francisco y Cristo abrazando a S. Bernardo (Museo del Prado).
 
José Ribera (1591-1652) llevó a su mayor perfección el tenebrismo, durante sus años de residencia en Napolés, Italia, apodado el "Spagnoleto". Éste es muy importante ya que encuentra la fórmula perfecta para hacer destacar sobre un fondo negro la carne de los personajes (mártires y santos) con impresionante realismo, Martirio de S. Andrés, S. Bartolomé ( Bellas Artes), La Cabeza del Bautista.
Ribera evolucionó desde las fórmulas del claroscuro, plenamente logrado en su juventud, hasta las ricas composiciones con luz dorada en los cuadros de última época, como La Comunión de los Apóstoles, de la Cartuja de S. Martino de Nápoles, La Inmaculada de Salamanca, La Magdalena, etc., en el Museo del Prado.
 
4.3. EN ANDALUCÍA.
Aparte del influjo de los grandes pintores ya citados, la pintura española se acerca poco a poco al realismo, donde cabe resaltar el foco artístico de Sevilla.
Sevilla, rica gracias al mercado con las Indias, capital de Andalucía marca la evolución hacia este nuevo estilo.
Francisco Pacheco, maestro y autor de un tratado sobre "Arte de la pintura", su obra más importante es Historias de S. Pedro Nolasco.
Juan Roelas, exigente y buen colorista de influencias venecianas libra del manierismo y amaneramiento del S. XVI a sus discípulos, con ejemplos como el Martirio de S. Andrés, Museo de Sevilla.
Francisco de Herrera “el Viejo” pinta valientemente del natural y se crea una técnica propia, que transmite a su discípulo y con la que consigue sorprendentes efectos, su obra es S. Buenaventura.
Las otras cuatro figuras más representativas de esta escuela sevillana son: Zurbarán, Murillo , Alonso Cano y Valdés Leal.
FRANCISCO DE ZURBARÁN. De los grandes pintores andaluces del S. XVII destaca Francisco de Zurbarán (1598-1664), nacido en Fuente de Cantos, Badajoz, educado en Sevilla. Se dice pintor de frailes; encarna en su obra un ideal de sincera devoción e intenso misticismo.
Su arte lleno de pureza y simplicidad y penetrado de lo más íntimo del sentimiento cristiano y de la vida, expresa lo sobrenatural sin violencia ni retórica tales como los monjes para el Monasterio de Guadalupe y para la Cartuja de Jerez, los Mercedarios, y el conjunto de obras del Museo del Prado.
Así mismo realiza también bodegones como los del Museo del Prado y temas mitológicos como los trabajos de Hércules Museo del Prado.
 
BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO. El arte de Bartolomé Esteban Murillo (1617-82) refleja el matiz amable, suave y bondadoso de la religiosidad española de la época, se aclimata a la demanda de religiosidad del pueblo de los mecenas.
Esto se manifiesta en la devoción popular que el artista interpreta y de aquí el éxito y popularidad de algunas de sus pinturas, vulgarizadas por la repetición de sus temas por y sus imitadores.
Su obra es abundante, cabe destacar: La Sagrada Familia con el pájaro (Museo del Prado), D. Diego de Alcalá dando de comer a los pobres, La Virgen del Rosario, El Niño mendigo, Muchachos comiendo uvas y melón,
La figura del Niño-Dios, las tablas del Hijo Pródigo, Las Inmaculadas, la Virgen es jovencita y desciende del cielo entre celajes dorados y cabezas de querubines.
 
ALONSO CANO. Alonso Cano (1601-67), nacido en Granada, formado en Sevilla junto a Velázquez, triunfa en Sevilla, trabaja en la Corte, y retorna a Granada en 1652.
Su obra se inicia en el tenebrismo bajo influencias venecianas, pero pronto se vuelve más clásico y dentro de este marco se mueven la mayoría de sus cuadros, sus pinceladas y cualidades técnicas se aproximan a las del mismo Velázquez.
Entre sus obras cabe destacar, S. Francisco de Borja, La mal lograda Santa Inés (Berlín), La Virgen con el Niño, El Cristo a la Columna, El Milagro del Pozo, todas éstas en M. Prado, El crucificado (M. Bellas Artes), las Inmaculadas.
 
JUAN DE VALDÉS LEAL. En contraste con el arte amable y equilibrado de Murillo, el de su contemporáneo y amigo Valdés Leal ofrece en algunas de sus obras un arte dinámico, que logra efectos de verdadera emoción como en las Tentaciones de S. Jerónimo, el ataque de los moros a un convento franciscano, Museo de Sevilla, el retablo de Santa Clara de Carmona, S. Jerónimo Mártir M. del Prado.
Pero también es cierto que en otras pinturas deriva hacia el dramatismo macabro como “In ictu oculi”, “Finis gloriae mundi”, dos composiciones o jeroglíficos de las postrimerías del hombre o la vanidad del mundo, en las que la muerte pisotea todos los atributos del poder, de la riqueza y de la vana ciencia, realizadas para el Hospital de la Caridad de Sevilla por encargo de Miguel de Mañara.
 
4.4 EN MADRID. DIEGO DE SILVA VELÁZQUEZ. Diego de Silva Velázquez (1599-1660) fue el tipo perfecto del pintor, tal vez la pupila más objetiva que ha contemplado las cosas.
Formado en la escuela de Sevilla, con Pacheco, madura en Madrid, e Italia.
Desde el punto de vista artístico representa una síntesis de su formación italiana, de su herencia andaluza y de las enseñanzas recibidas de las colecciones reales en la Corte, ya que el Alcázar real era un fantástico museo.
De su prodigiosa producción podemos distinguir:
La etapa de Sevilla o formación son sus bodegones con figuras; La vieja friendo huevos, Los tres músicos, El aguador, y sus primeras composiciones religiosas como La imposición de la casulla a S. Ildefonso, Cristo en casa de Marta y María y La adoración de los Reyes Magos, del Prado.
La etapa de la Corte, en ella inicia los estudios de temas naturales que culminan en el Triunfo de Baco o popularmente Los Borrachos. La Fragua de Vulcano, La túnica de S. José, los paisajes de la Villa Medicci, el Cristo de S. Plácido. Son la antesala de sus primeras significativas obras para la Corte.
Las grandes composiciones históricas, como La rendición de Breda.
Los retratos de la Corte, se distinguen dos magníficas series: los retratos ecuestres, del Conde-Duque y el del Príncipe Baltasar Carlos, y los cazadores, como el de Felipe IV, penetrados todos ellos de sobria elegancia.
Los retratos de los pícaros y bufones; Calabacillas, el bobo de Coria, el niño de Vallecas, Pablito de Valladolid, etc., en los que el artista acierta a captar los rasgos psicológicos con un trato cariñoso y cordial.
Su segunda etapa en Italia nos va a deparar el mejor Velázquez, con Juan Pareja (su criado), El Papa Inocencio X, La Venus del espejo,
Con posterioridad a 1652, el artista depura su técnica y resuelve con mayor sencillez la perspectiva aérea, y los volúmenes, todo parece fácil en su pintura como en Las Meninas y Las Hilanderas y retratos como el infante Felipe Próspero y la infanta Margarita.
 
Contemporáneos de Velázquez que trabajaron en Madrid caben ser recordados:
Juan Bautista del Mazo, Juseppe Leonardo,(realiza cuadros de batallas para el salón del reino).
Fray Juan Ricci, pinta la historia de S. Benito, soberbio retratista como Fray Alonso de S. Vítores.
Antonio de Pereda, narra el pensamiento de B. Gracián y las postrimerías, "vanitas" del mundo, como Sueño del Caballero, Guillermo de Aquitania ( Museo de Bellas Artes).
Esta escuela madrileña prolongó su actividad durante el reinado de Carlos II, sus dos pintores de cámara más sobresalientes son:
Juan Carreño de Miranda, formado en Valladolid triunfa en Madrid con obras religiosas, como Santiago Matamoros, Inmaculadas, etc., luego llega a la Corte, estudiando la obra de Velázquez se hace gran retratista y ejecuta Mariana de Austria, Duque de Pastrana, Carlos II.
Claudio Coello (1642-93), nacido en la Corte se educa con Rizzi y Carreño, se inició pintando temas religiosos como Jesús a las puertas del templo, la Anunciación, Santos, pero su obra capital es la pintura de la Sacristía de El Escorial, que representa a Carlos II y a sus cortesanos adorando al Santísimo.
La escuela de Madrid y la tradición pictórica que viene de Velázquez desaparecen con Claudio Coello